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¿El fin justifica al medio?

Publicado: 2011-09-21

El domingo por la noche “Fútbol en América” (programa deportivo que ya nos tiene acostumbrados a diversos tipos de sandeces y demás barbaridades) nos confirmó la poca creatividad y la falta de sentido común que posee todo el equipo encargado del programa. El reportero encargado de la nota previa del AL-César Vallejo no tuvo mejor idea que enfocar su nota preguntando a los hinchas acerca de los piropos que le dirían a una mujer. (Para los que quieran ver el video aquí)

El resto es historia conocida. Los insultos y demás ofensas disfrazadas de bromas, celebradas por el reportero fueron lanzados al aire en señal abierta, no hubo reparos presentar los piropos y la nota se convirtió en  una celebración a quien se mostraba más pendejo  maltratando a una mujer con sus palabras.

No es la primera vez. Una semana antes no dudaron en mostrar a un argentino limpiándose el trasero con unos cuantos billetes.

El último lunes una secuencia de imágenes que terribles, perversas e indignantes -que aún no las puedo olvidar- invadieron nuestra televisión. Un tipo adulto, desnudo y con sólo su ropa interior abrazaba a su hija,  buscaba besarla para posteriormente pasar a intentar violarla, felizmente esto no sucedió. La madre de la niña, que ya sospechaba por comentarios que le había hecho su hija, decidió grabarla para tener pruebas y acusarlo. Fue imposible no cerrar los ojos mientras el video se difundía a miles de hogares, en uno de los horarios más vistos del día.

En fin, este último ejemplo es una muestra clara de lo miserables que pueden llegar a ser nuestros medios.  Zurrándose las normas de manera continua, alguna de manera más desapercibidas que otras (como lo hizo hace tiempo El Comercio mostrando en su portada a la hija del congresista Reggiardo , mientras se debatía entre la vida y la muerte, luego de ser baleada por unos delincuentes),  continúan con  este nuevo tipo de  talk show, en donde el fin es el mismo: priorizar el morbo  o el sufrimiento y de paso, casi de taquito, decir que es noticia.

Estudio periodismo y muchas veces  al contar lo que estudio me han respondido: “ah, periodistas” (siendo esa una de las cosas más amables). Tengo que reconocer que  yo también diría lo mismo al sentarme y lo primero que vea fueran esas escenas. Siento vergüenza ajena y confirmo que más allá de aprender a agarrar una cámara, saber escribir y tener una cara bonita para conducir un programa, el periodismo se basa en desarrollar la capacidad de sentido común, de criterio y moral que permitan que todo lo aprendido sea utilizado de la mejor forma posible.

Pero esto, en la realidad sólo se queda como una utopía. Creo que los medios y sobretodo los periodistas de alguna manera si tienen la capacidad para auto regularse, sólo que ésta se encuentra subordinada a esa bendita palabra  llamada rating, visita, lectores, bulla. ¿Por qué no lo tendrían?, seamos sinceros vivimos en una sociedad en la cual el gobierno y demás instituciones no buscan regular lo que se emite, por lo menos no en estos temas. ¿Qué le costaba a Mónica Delta, conductora de 90 segundos y la más experimentada de las conductoras de los noticieros de la noche, decir que la nota de la niña del intento de violación, no salga al aire?  ¡Absolutamente nada! ¿Qué le costaba a Gonzalo Nuñez o a Erick Osores pedir disculpas públicas a las mujeres y al público en general sobre las barbaridades de su reportero? ¡Nada!

Nuestra televisión y medios en general se han convertido en seres solitarios. Esto en relación de que viven en una burbuja en la cual no existe un proceso de retroalimentación con su público y si la hay, está se limita a ser sólo rating. Se observa con nostalgia el puesto de Defensor del lector, persona encargada de ser el intermediario entre medio y público. Llevando las quejas o malestares que los lectores perciben y que se ha convertido en una figura fundamental del periodismo.Miramos con nostalgia.

ConcorTV, es la entidad del gobierno de “sancionar” (aunque sólo sea una llamada de atención) a delitos como este. No ha habido pronunciación alguna, como no ha habido tampoco del Ministerio de Transportes y Cultura, la Defensoría del Pueblo, el Instituto de Prensa y Sociedad o la Sociedad Nacional de Anunciantes.

¿Es posible la autoregulación? Al parecer no. La palabra regulación en nuestro país es sinónimo de dictadura. Pero como vemos existen las instituciones, pero estas no se han legitimado ni se muestran como un ente regulador los cuales los medios respeten. La solución es un proceso. Un proceso conjunto entre medios y sociedad, en donde todos nos convirtamos en vigilantes con criterio y en la cual la opinión del lector, público, radioescucha o usuario se consolide y se muestre con su debida importancia a los medios.  Los videos mostrados en estos días presentan a la parte más sucia del periodismo y lo peor de todo esto que sólo cerramos los ojos, nos indignamos y esperamos la siguiente barbaridad. Deberíamos de cambiar, y no sólo de canal.


Escrito por

Pablo Vilcachagua.

Periodista y escritor. No mentira, sólo lo primero.No, mentira tampoco. Sólo estudiante de periodismo en la UARM, por ahora.


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