#ElPerúQueQueremos

¿Transgénicos? No, gracias

Publicado: 2011-10-13

Los medios cada cierto tiempo nos recuerdan de alguna u otra manera de que existe un debate acerca de los transgénicos. Esos alimentos que modificados genéticamente pueden aumentar su producción y, al parecer, su calidad. Gastón Acurio, el reconocido chef peruano, marcó su posición frente a este tema: decirle no a este tipo de tecnología. Al parecer este comentario habría sido bien tomado por diversas personalidades ligadas al tema; desde cocineros de restaurantes cinco tenedores miraflorinos, hasta los carritos sangucheros del Centro de Lima. Gastón es la voz de la cocina peruana y su palabra es ley.

Todo bien hasta allí, pero esta semana alguien se asomó y dijo: “Pero Gastón Acurio no es un Steve Jobs”. Entonces comenzó la discusión.

Se trata de Patricia Teullet, gerente de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (COMEX Perú), el gremio privado que agrupa a las principales empresas vinculadas al Comercio Exterior en el Perú. Es decir, uno de los grupos más interesados respecto al tema.  “No quiere innovar más allá de mezclar dulces y salados, o poner culantro en lugar de perejil” agregó, buscando dejar mal parado al chef peruano. Acurio respondió caballerosamente en el muro de su Facebook: “La prestigiosa gerenta de Cómex Perú ha dicho que en el movimiento de la cocina peruana no sabemos innovar más allá de cambiar perejil por culantro. Viniendo de alguien con tantos reconocimientos, nada podemos rebatir. Y como peruanos que buscamos siempre la concordia y el consenso frente a los ataques y la ridiculización personal nada podríamos replicar”. Ironizó con palabras que mostraban su indignación frente a la posición de Teullet.

Si algo bueno nos deja este episodio, más allá de conocer nuevamente las posiciones de los sectores económicos,  es que el tema otra vez se colocó en la agenda pública, al menos un ratito.

¿Cómo va la cuestión? Alan García, nuestro  robusto ex presidente, pateó de taquito este tema y se lo regaló  al gobierno entrante. Es un tema que le compete al Congreso, en especial a la Comisión de Agricultura, presidida por José León. Esta comisión al parecer tendría una propuesta de moratoria de diez años para impedir el ingreso de las semillas. La propuesta tendría que ponerse primero al voto en la comisión referida y, posteriormente, ser elevada al pleno del Congreso. Durante la espera de diez años se pretendería incentivar la investigación de esta tecnología a fin de poder tener mayores alcances de sus consecuencias. Como vemos el tema tiene para rato, a pesar de que la propuesta de León estaría fundada en propuestas anteriores y resultaría consistente, pero el trámite burocrático del Legislativo demoraría el proceso.

Pero sería buena saber cuál es el problema en concreto. Este se funda en: ¿se quiere permitir o no el  ingreso al Perú de las semillas transgénicas? Me refiero a semillas porque la comida en si,  quizás ya la hayamos comido ahora en el almuerzo o nos esperen en la refrigeradora de nuestro hogar. Ya que aún no se regula el etiquetado de alimentos de este tipo en el país.

¿Cuál es la preocupación principal del ingreso de los transgenicos,  si se han observado resultados inmediatos positivos hasta ahora, referidos a mayor producción, mejores fibras, menos gastos de cuidado y producción y una mejora significativa nutricional de los alimentos? El problema se encuentra en lo que aún no se ve, las consecuencias a futuro, lo que nos dejará más tarde y especialmente en la biodiversidad. Por eso la queja de Gastón. Patricia Majluf (Phd),  Directora del Centro para la Sostenibilidad Ambiental de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, escribió hace no mucho una nota en El Comercio en donde explica las consecuencias negativas que traería la utilización de estas semillas en nuestras tierras:

“El problema, sin embargo, es el poco control que se tiene una vez que los organismos son liberados en los ecosistemas. El material transgénico, una vez en el campo, tarde o temprano se transferirá a otras especies vecinas y a los cultivos, a través del polen llevado por el viento o por insectos, con consecuencias de todo tipo”

He allí la cuestión, sin mencionar – como afirma Majluf- la posible aparición de malezas más resistentes al ser alteradas estas también genéticamente, lo que llevaría a utilizar herbicidas aún más tóxicos, además de la contaminación transgénica que sufriríamos y que nos llevaría a perder la certificación orgánica, recurso indispensable al ser un país exportador de recursos orgánicos.

Foto: Greenpeace

Al parecer la mejor decisión frente a todo este problema sería la moratoria, y que durante este periodo se ejerza una verdadera investigación acerca del tema.  Si hay algo por el cual el país es reconocido internacionalmente es por su biodiversidad. 3,500 variedades de papa no pueden mentir. ¿Para que decirle si a las semillas de transgénicos? ¿Tenemos necesidad? Y peor aún si tenemos en cuenta que la mayoría de alimentos transgénicos en el mundo están destinados para el consumo de animales. ¿Solución?

Actualización: Viernes 11.00 pm.

El día de hoy la Comisión de Agricultura del Congreso aprobó el proyecto de ley de la moratoria de diez años para estos productos. Ahora buscará ser aprobado por el pleno. Por lo menos buenas intenciones, hay.


Escrito por

Pablo Vilcachagua.

Periodista y escritor. No mentira, sólo lo primero.No, mentira tampoco. Sólo estudiante de periodismo en la UARM, por ahora.


Publicado en